El último de los goleadores clásicos, el primer gran romperredes en la historia de Santos. Goleador clásico porque anotaba de chilena, palomita, tijerita, con plena elegancia en su remate de cabeza y era un excelente ejecutor de penales. Anotó goles por racimos, de todos tipos, en las épocas de poco presupuesto. Era tan gran rematador que la pregunta ha sido: qué hubiera hecho Juan con los pasadores y mediocampistas que llegaron después, aunque su mítica pareja, Dolmo, nunca lo dejó desabastecido. Por muchísimos años fue el mejor goleador de Santos en la historia. Sus goles, que no dieron títulos, ni liguillas, fueron en cambio vitales para la permanencia del equipo a principios de los 90.
No hay comentarios:
Publicar un comentario